Y el pensamiento se hizo verbo

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En ocasiones, me descubro a mí misma hablando en voz alta. Intentando transmitir, en la distancia, todo aquello que quisiera decirles a las personas que tengo lejos. En algunos casos me sirve de terapia para sacar algunas cosas que llevo dentro, y que, hasta que no les doy forma con el verbo, parecen estar ahí, dormidas... como si no existieran; En otros casos, el verbalizar mis pensamientos, me es útil para ordenar mis propios pensamientos, y "transmitirlos" a otras personas, aunque éstas no puedan oírme. Dicen que hay energías vitales, muy poderosas, que pueden llegar a otras energías, sin necesidad de poner en marcha esos maravillosos cinco sentidos que ya conocemos... pero es que hay otros muchos "sentidos" que aún no conocemos, o no queremos conocer y disfrutar. La vista, el oído, el gusto, el tacto, el olfato... son cinco maravillosas herramientas que nuestro cuerpo tiene a su disposición, pero nuestra mente tiene cientos de magníficas y sorprendentes vías de comunicación y de sentimiento, vías sin límite de espacio ni tiempo, a través de las cuales podemos recibir y enviar nuestros más íntimos pensamientos y sensaciones, incluso sin darnos cuenta de ello.
Hoy quiero hacer de este pequeño rincón en la red, un lienzo en el que plasmar muchos de esos pensamientos que habitualmente canalizo a través de esas maravillosas vías mágicas. Y cómo no, contaros todas aquellas cosas que han hecho más felices mis días.

Hoy quiero inaugurar un frondoso parque, repleto de vida y de colores... y me encantaría que todos los que paséis por aquí, desnudéis vuestras almas y corazones, y me ayudéis a hacerlo más grande, más bonito, más íntimo, más cálido, más vivo.
Bienvenidos a este parque de emociones, y si al principio os da cierto reparo entrar "desnudos", no olvidéis descalzaros, porque en este parque paseamos para sentir y vivir.

Aquí iniciamos nuestro paseo... descalzos por el parque.